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Global Dance Online

Aprender a bailar es tan natural como moverse al son de la música

Por Equipo de contenidos GDO
Publicado el 28/9/2021

Aprender a bailar es más fácil de lo que crees. ¿Lo dudas? Solo piensa en esto: ¿sientes que los pies se te van solos cuando escuchas una canción con buen ritmo? ¿Empiezas a mover los hombros siguiendo el son? Si es así, entonces no necesitas mucho más para lanzarte y divertirte con el baile: aprovecha ese flow que tienes y desarrolla tus habilidades con nuestras clases de baile.

La música y el baile tienen una relación mágica y por eso siempre van de la mano. Tengas experiencia o no, da igual cuando la escuchas, sientes que tienes que moverte. Sueltas las manos, te contoneas, mueves las piernas y la cabeza. Y si ya no te aguantas, te pones de pie y das unos saltos y un par de giros. ¿Cuál es el motivo?

La música y el baile, pareja en la pista y en tu casa
Da igual que estés en la pista de baile de una discoteca o cantando tu canción favorita en casa, y da igual si estás a solas o con compañía. Escuchar una canción y moverse con ella es casi inevitable. Algo tiene la música que cuando la escuchamos no podemos evitar contonearnos y seguirla con el cuerpo. No se conoce con precisión el mecanismo por el que se produce este fenómeno, pero es posible que tenga mucho que ver con la satisfacción.

La música estimula nuestro oído interno de una manera diferente al simple ruido o a la palabra hablada. Según sea nuestra cultura musical, esa que hayamos mamado desde la infancia y que nos define, sentiremos que esa música «nos llama» o no. Pero hay estilos, como el reggaeton, que, quieras o no, te están pidiendo que te muevas incluso si no forman parte de nuestro gusto musical. Es puro magnetismo.

Ese estímulo en el oído excita nuestro cerebro de una manera especial, que segrega sustancias que nos provocan placer, satisfacción y alegría. Por eso encuentras un gran placer al escuchar la música que te gusta. Es «tu» canción y es tu momento. Te estremece y te cambia el día. Es increíble que una simples notas, convenientemente ordenadas para formar una melodía determinada, puedan influir de manera tan notable en nuestras emociones.

Esas emociones se convierten en un comportamiento. El torrente de sustancias segregadas por el cerebro invade nuestro cuerpo y, simplemente, empezamos a movernos siguiendo el ritmo de la música. El movimiento genera más movimiento, más alegría y más diversión. ¡No pares!

Esta es una hipótesis científica que intenta explicar la misteriosa relación entre el baile y la música. Pero, con explicación o sin ella, para nosotros la música y el baile siempre serán magia, un hechizo para la sonrisa, la alegría y la fiesta. ¡Ponte a bailar con la clases de baile de Global Dance Online!